El plan es seguir caminando por Montevideo. Los lunes suelen
ser una joda, esto no lo es. Subimos por la calle Paraguay hasta la 19 de
julio, de ahí a plaza independencia. El Palacio Salvo dice hola, yo sonrío. El
edificio de la presidencia acá no da asco; no hay Peña Nieto, hay Pepe Mujica.
Así que es uno de esos extraños lunes que son simpáticos.
Tomamos el bus en plaza independencia, hay imágenes de
personas con su mate en mano. Así es este lugar. Resulta que Montevideo sí
tiene habitantes. La pascua se les fue de la cabeza y ya se les ve caminando
por estas calles entre grises y melancólicas, más lo uno que lo otro y
viceversa. Toca ver sitios no tan céntricos, aunque no tan lejanos. Tomemos en
cuenta que la ciudad es relativamente pequeña; dos millones de montevideanos
andan por las aceras.
Uno viene a enterarse de que esta es la ciudad con más áreas
verdes por habitante de la Américalampiña. Se nota, hay jardines por todos
lados, y las calles están pobladas de esos verdes seres que el priismo tapatío
ama tirar (no sea que crezcan y se conviertan en libros, creen ellos). Toca caminar por Pocitos, barrio y playa, muy
común en los pasajes de Benedetti. Qué vistas más espectaculares, carajo. Está
también en el sur-oriente de la ciudad la zona de Punta Carretas. Acá estaba la
cárcel, ahora convertida en centro comercial. De acá se escaparon los
anarquistas en la novela la Borra del Café, y también en la vida real, en los
años 30´s. y también se dio la fuga de los tupamaros. Pues total, como todos se
escapaban ahora es un lindo y pulcro centro comercial. Tocará ver alguna peli
acá, si hay tiempo.
Los montevideanos de estos lares disfrutan su playita en el
río de la plata. Fría como ella sola. Y de nuevo, la costumbre uruguaya del
mate es increíble. Gran cantidad de personas andan por la vida con su mate y su
termo, algunos otros con un bonito morral hecho en piel donde se cargan todas
las herramientas para cebar la yerba. En argentina jamás vi a tanta gente haciendo
esto, me parece que los uruguayos son los verdaderos amantes del mate. Gente en los parques, en la playa, en los
bancos, calles bebiendo mate. Incluso he visto a varios vagabundos, arropados
con cartón sorbiendo por su bombilla (pajilla metálica) un buen mate.
Otra cosa que me impresiona de Montevideo es que a las 7 de
la tarde (hace un aire frío que te congela todo, todo, todo) pero más allá, la
ciudad muere. A esa hora casi todos los comercios están cerrados. Igual toca
tomarse un cafecito porque mañana es el día de Punta del Este. Mientras tanto,
desde la fría, gris y melancólica Montevideo digo, bye.
P.D. Vi los restos del Graf, que menciona Benedetti en la Borra del Café. Están
en Pocitos.