Y tenemos a los azules que ya demostraron que lo suyo, lo
suyo, no es servir públicamente. Ah y perdón, casi me olvido de la “izquierda”
amarillenta, desteñida por el sol. Una izquierda que impone a un derechista
como su candidato. Benditos hacedores de teatros y auditorios.
Miedo al cambio ¿por qué? Digamos que si mi marca de
cigarros empieza a joderme la garganta la cambio, y ya. O si tu desodorante no
te quita la peste, al carajo, y ya. Y es que no inteligente gastar en algo que
no funciona. ¿Por qué gastar y desgastarnos
con gobiernos ladinos? Pero la ciudad
sigue entre ciega y muda; miedosa muchas
veces. Carajo, este miedo al miedo nos va a matar.
Edwin Casillas