Se escuchan pasos de individuos; se suman, multiplican,
dividen y vuelven a unir. Son multitudes
enardecidas. En los Pinos el gobierno tiembla. Los medios de comunicación ya no
saben convencer. Se acabó, el pueblo no soporta más. La tierra tiembla, el
cielo teme y en la atmósfera se respira sangre. El pueblo no puede más;
marchan, gritan, destrozan, y todo a un solo grito:
¡Afuera el Chepo!
Así es, estamos viendo un pueblo en general desunido. Gente que
critica a los venezolanos por levantar la mano, por no permitir lo que no
quieren. Personas que poseen ídolos corruptos, al mejor estilo americano,
norteamericano, porque evidentemente, como mexicanos, no debemos compararnos
con los chicos del sur. Malditos pobretones del tercer mundo, eso dice López
Doriga cada noche; palabra de dios. Gloria a ti lindísimo televisor. El sur no
existe, es imposible que venga un equipo selvático, de un país exótico llamado
Brasil y nos derrote. Imposible, somos el desarrollo en carne viva. ¿Cómo es
posible que el Chicharito no salve a la patria? No nos preocupemos más, es
momento de la revuelta violenta. Es momento de cambiar el rumbo de nuestra nación.
Chepo, vete a la mierda.
Y se irá, y volveremos a tener nuestra tan amaba paz. Los chicos
correrán pateando bonitas pelotas, emulando a sus ídolos, claro, algunos
millones de pesos menos por patada como única diferencia. El cielo se volverá
más claro y la democracia funcional. El Chepo de irá y México no podrá ser
derrotado jamás. Tráiganos más Maximilianos, cleros angelicales, narcos, etc. Nada
importa, todo será bienestar nacional. Vete ya, maldito Chepo.
Se escuchan los tambores y la sangre ante su inminente
derramamiento sobre nuestras aceras, late despacio. Estamos en pie de lucha. Estamos
listos para morir y matar.
Edwin Casillas
Edwin Casillas